2012/09/30

Ajedrez

Boris Spassky y Bobby Fischer protagonizaron en 1972 la partida más célebre de la historia del ajedrez con el título de campeón mundial en juego. Dicho enfrentamiento fue visto por los medios como un choque de trenes en plena Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En aquel momento, Spassky era el vigente campeón del mundo, y Fischer, el aspirante, consiguió romper la supremacía soviética, convirtiéndose en el primer norteamericano en lograr el título.

Ni Spassky fue un soviético fanático del régimen comunista, ni Fischer fue un patriota en el sentido que llevó a Ron Kovic a participar en la guerra de Vietnam. Ambos fueron castigados posteriormente por ver en su rival algo más que el enemigo a batir, llegando a establecerse entre ellos una suerte de admiración mutua que trascendió al ajedrez.

Estos días hemos sabido que una larga sombra le persigue allá donde va, siendo secuestrado en su residencia habitual en París, y apareciendo posteriormente en un hospital en Rusia. Es un asunto turbio que recuerda a muchos episodios de espías de los que se han visto en el cine.

La cubierta de la casa de cultura de Zizur Mayor tiene un motivo cuadriculado, como si fuera un pequeño tablero de ajedrez. Al atardecer, cuando la luz del sol llega oblicua hasta el edificio, el motivo geométrico tiene su gracia.

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Canon EOS 50D
Sigma 18-50 mm f/2.8
Apertura: f/8.0
Exposición: 1/250
Lente: 18 mm
ISO: 400

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