Para darse cuenta del impacto por familia de esta deuda, se pueden hacer unos cálculos muy sencillos. Si según la Encuesta de Población Activa, en España hay en estos momentos 38.4 millones de personas mayores de 16 años, es decir, en edad de trabajar, en el caso hipotético de que todos realizáramos la misma aportación económica vía impuestos al Estado, a cada uno de nosotros le tocaría pagar unos 7.800 euros para saldar la deuda.
Ahora bien, no todo el mundo mayor de 16 años tiene trabajo o desea trabajar, y aclaro que en este último caso estoy pensando por ejemplo en amas de casa, o estudiantes, no apuntados al INEM. Además, a esa cifra hay que descontarle los casi seis millones de parados que, queriendo trabajar, no pueden hacerlo porque no encuentran un empleo. Lo que queda de descontar a la población activa la población desempleada es la población ocupada: 17.3 millones de personas. Dividiendo esos 300.000 millones por cada uno de los ciudadanos que tenemos la fortuna de trabajar, la cifra de la deuda alcanza los 17.300 euros por empleado. Esto significa que mi familia, en la que tenemos tanto mi mujer como yo la inmensa fortuna de trabajar, pagará unos 34.600 euros. Ahí queda la cifra para la reflexión personal.
Pensando en rescates, recortes y demás, me he acordado que tenía por ahí esta foto sin subir al blog. Getty Images me pidió autorización para ofrecerla en su base de datos, pero era necesario ceder los derechos de imagen del aizkolari, y como no le conozco, no pude completar el trámite. Está sacada en unas fiestas de Zizur en una plaza repleta de gente. Cortar troncos al estilo australiano puede parecer una locura pero, ¿no lo es en mayor medida que la ciudadanía tenga que pagar tanto dinero sin que la clase política que lo ha gestionado tenga que vérselas con la justicia?
Canon EOS 50D
Sigma 18-50 mm f/2.8
Apertura: f/11.0
Exposición: 1/100
Lente: 28 mm
ISO: 400
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