Respecto a la propia fotografía, es preciso resaltar la poca luz del momento, en el final del atardecer. Esto obliga a elegir entre profundidad de campo y rapidez del disparo. Decidí limitar la apertura del diafragma. En alguna toma como esta que aquí comento, la lentitud de la exposición ha dado lugar a imágenes en movimiento que sin embargo creo que tienen cierta gracia, en contraste con otras, en las que se aprecia con nitidez toda la escena. Para sacarla, tuve que enfocar con la cámara manteniendo a los soldados en el centro de la imagen y después, conservando el enfoque, encuadrar la composición deseada, con los soldados escorados hacia un lado.
Según he leído posteriormente, la plaza corresponde con el palacio de Amalienborg. El conjunto arquitectónico es la residencia de invierno de la familia real danesa, compuesto por cuatro edificios idénticos de estilo rococó que jalonan la plaza. En el centro de dicho lugar hay una estatua ecuestre del rey Frederic V, de Dinamarca. Dado que esta estatua mantiene tres pies sobre el suelo, es fácil suponer que su majestad no falleció en valiente y heróico acto de servicio por su país. De hecho, en Wikipedia se comprueba que murió a los 42 años con la conciencia tranquila por no haber derramado gota alguna de sangre ajena.
El Palacio está custodiado de día y de noche, en verano y en invierno -ahí queda eso- por la Guardia Real. Su uniforme es según se comprueba en las imágenes, extremadamente parecido al de los Foot Guards de la Armada Británica, y al igual que sucede con sus colegas británicos, el cambio de guardia también es una atracción turística de la capital. La suerte del momento fue no sólo llegar en pleno cambio de guardia, sino también encontrarse la plaza prácticamente vacía de turistas.

Canon EOS 50D
Sigma 18-50 mm f/2.8
Apertura: f/8.0
Exposición: 1/25
Lente: 18 mm
ISO: 400
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